Viviendo en comunidad son muchos los retos que afloran para controlar o manejar emociones, y mas si esa comunidad es un edificio de 18 pisos, con 72 apartamentos. Se imaginan 72 familias y la conserjería, es increíble la cantidad de eventos que ocurren y que de alguna manera nos afectan. El edificio donde resido tiene cerca de 40 años; toda una vida de situaciones. Deberíamos ser como una gran familia pero eso no sucede. Cada día existe un evento que despierta tus impulsos, a veces no tan nobles.
Hambrienta de CRECER ,
Hambrienta de APRENDER,
Hambrienta de SER ,
me he trazado una meta.
Reflexionando he descubierto que lejos de que mi comunidad sea un problema , es la arena de batalla donde aprendo a esgrimir mis armas espirituales, y no es que sea yo tan equilibrada como las letras hacen ver, porque aunque me acompañe un mantra que me equilibre, siempre el ego me sorprende y cuando se trata de mi comunidad, a veces me encuentro con una emoción no agradable invadiéndome ( acabo de preguntarme si siempre son emociones desagradables...preocupante) .
Ayer el edificio estaba vibrante algo había perturbado la paz aparente ( aparente porque tenemos sin ascensor 4 meses y nadie puede estar en plena paz cuando vienes cansado de la calle y tienes que subir X cantidad de pisos) un panfleto circulaba de mano en mano.
Una muy querida amiga me llamó y me leyó el panfleto aniquilante; su voz expresaba ira y decepción ( no entiendo la decepción ella ha vivido aquí toda su vida) a medida de que su voz se introducía en mi cerebro , con las viles expresiones del consumido panfleto, mi ego empezó a escuchar al suyo y empecé a sentir molestias parecidas a la que ella sentía.
Un sabor metálico invadió mi lengua, haciéndome reaccionar . De inmediato respire unas tres veces ... relaje mi cuerpo y me acomode en la silla, deje salir una risa sonora llena de ruido y de chiste acompañada de una expresión que le quitó poder a las palabras lacerantes.
Mi ego sorprendido por el sonido de mi risa, se aparto abismado como para obtener fuerzas. Mientras mi ego buscaba acomodo logre hacer que mi amiga le restara importancia al panfleto y que lo viera como un acto de provocación, acto seguido estábamos ambas riéndonos del bendito papel .
Tu sabiduría interna te dará la herramienta necesaria para evitar que una emoción desquiciante te controle.
Este caso que parece trivial, nos muestra:
-Primero la importancia de reconocer a nuestro ego
-Segundo que estar atentos a los cambios en nuestro organismos ante una situación es vital;
-Tercero la respiración te conecta con tu sabio interior de manera inmediata;
-Cuarto la herramienta adecuada ( la risa en este caso) fluye de manera natural.
-Quinto abras negociado con tu ego. Seguramente el se va a alimentar de la sensación de bienestar que te queda luego, pero no creo que eso sea inadecuado, después de todo el es parte de ti .
Ingrid Terán
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